SEVILLA COFRADIERA..

miércoles, 16 de enero de 2008

LA CONSUMACION DE UN SUEÑO.


Pongámonos en situación, pensemos en esos quince años que han transcurrido casi en un santiamén, y observemos fríamente cómo ha sido nuestro devenir diario en estos tres lustros en los que, seguramente, alguna vez, hemos imaginado lo que va a suceder. Seguro que nos será grato recordar los motivos por los que llegamos a su casa, las personas que nos acompañaron, la de oraciones y miradas furtivas, hacia la derecha primero, en ese altar de su convento, hacia la izquierda después, ya acompañada de san Juan, encargado de custodiar con su diálogo las lágrimas que, mansamente, descienden por su mejilla, mientras que nuestra atención se centraba en la imponente talla de Nuestro Señor Jesucristo, “inventado” por El Indaco en 1520 para nuestro agustino deleite. Sí, quince años han pasado desde que la puerta del Perdón de la catedral de Granada acogiese nuestra inexperta, por primeriza, estación de penitencia y, cada vez que Cristo paseaba en silencio su muerte por su ciudad, Ella, humilde y pensativa, ensimismada en su propio dolor, esperaba y esperaba, sin más consuelo que el de sus monjitas, ni más luz que la de su mirada, hasta que Él regresaba a casa, cumplida su labor de redención.

Cristo, en la austeridad de sus andas, rodeado de sus hermanos, herederos de su centenaria devoción, recorriendo su Granada, que ya entonces presentía que no podia tardar mucho, que un Hijo se siente más seguro en su paseo si lo hace con su Madre, porque así como todos los hijos nos sentimos más valientes si divisamos la maternal figura entre las demás mujeres, así Cristo, Hijo Predilecto, necesita también a la suya para no sentirse solo en su amargura; y este año será realidad el sueño de sus hermanos; el próximo Lunes Santo tras la estela del Sagrado Protector de la ciudad, caminará sobre cervices costaleras, la Flor del santo ángel, esa mujer Bendita entre todas ellas, que irá con su mirada perdida recogiendo todo el amor de un pueblo que ha pasado media vida esperándola…Consolación, poema escrito a golpes de gubia, que transformó la madera en tan celestial Señora, este año tu mirada será distinta, pues la sentiremos a ras de suelo, iluminada por la candelería, protegida por los varales, arropada por san Juan y María Magdalena, y sin embargo, será la misma que, en la soledad del convento o acudiendo fieles a la anual cita de tu besamanos, tantas veces hemos buscado para transmitirte nuestros sentimientos,…este año estrenas muchas cosas, Madre Mía, todas ellas soñadas muchas noches, serán los mismos sueños de estos últimos quince años, salvo que en esta ocasión y para siempre, los soñaremos con los ojos abiertos…


Articulo de nuestro Hermano Luís Francisco MArín, " agüelo".

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