SEVILLA COFRADIERA..

lunes, 19 de mayo de 2008

Y 'Yiyo' tocó el cielo.
Aqui os dejo la crónica de Ideal, para que sepais lo que ayer tarde sucedió en la Monumental de Frascuelo. En breve subiremos fotos.

Alternativa triunfal del espada granadino, a hombros junto a su padrino, el francés Juan Bautista, en tarde interesante

F. MARTÍNEZ PEREA 19 - 05 - 2008

Se dice que los toreros tocan el cielo, su particular cielo, el día de la alternativa. No es, seguro, ese cielo común que todos hemos recreado alguna vez, sino un escenario en el que los santos tienen vestidos de luces y el dios supremo, el que da y quita, forma de toro y semblante fiero. Jesús Fernández 'Yiyo', que es granadino de probada casta torera, traspasó ayer las barreras de lo terrenal para adentrarse en ese firmamento de ritos y liturgias y reencontrarse con ese su dios marcado con el número 90, negro bragao, nacido en enero de 2004, de nombre 'Granaíno' -miren por donde- de la ganadería de Buenavista y llamado a magnificar muchos sueños, muchos sacrificios y todas esas adversidades que jalonan la carrera de los que, locos ellos, románticos ellos, diferentes ellos, deciden un día hacerse toreros porque hay algo que los empuja a quebrantar la lógica o, simplemente, porque los sentimientos mandan sobre el sentido común. 'Granaíno', precioso de tipo, pero toro distraído y mansurrón, era, sí, el cielo de Jesús Fernández 'Yiyo' y el torero de la tierra lo tocó después de que un francés, Juan Bautista, le cediera en forma de trastos el pasaje hacia el infinito en presencia de un joven salmantino que, como su más veterano compañero, ya había pasado por semejante trance. Un cielo y un dios para 'Yiyo' en el día más grande de su vida, en tarde de feria postinera, en su tierra y ante sus paisanos, ayer más incondicionales que nunca del joven que iba a enriquecer la nómina de matadores de toros de la tierra. Casi nada. Jesús Fernández 'Yiyo', de corta pero intensa carrera artística, sabía que no era tarde para ningún tipo de renuncias y se la jugó a ley, poniendo al servicio de la causa, la artística y también la sentimental, sus mejores armas: el valor, la afición, la entrega y una tauromaquia bien asimilada y, aunque siempre mejorable, como todas, de acusados valores. Antes de recibir los trastos de manos de Juan Bautista, 'Yiyo' ya había presentado sus credenciales. Un par de verónicas cadenciosas y una media a forma de remate torerísima. Después, un quite por chicuelinas y, tras un puyazo, tercio de banderillas algo desigual, pero con dos pares de mucho mérito y mejor colocación. Siguió, como manda el ritual, el parlamento del francés y la consumación del doctorado. 'Yiyo' cumplía su más caro sueño, pero quedaba vérselas con 'Granaíno' y el burel, huidizo, le puso a prueba. No fue fácil la faena por las renuncias del toro, pero 'Yiyo' demostró que, además de preparado para tan señera ocasión, quería triunfar a toda costa. Mucha entrega, alguna serie con la derecha de trazo grueso y, en suma, una faena variada y firme que, además, tuvo un buen remate con la espada. La oreja le abría media Puerta Grande al toricantano, que después, ya con el sexto, bajo la lluvia, ofreció su mejor versión. Porque 'Yiyo', templados los nervios, mentalizado y confiado, salió a revientacalderas. Larga cambiada de recibo y, a renglón seguido, en línea creciente, verónicas, un tercio de banderillas con cuatro actos y, muleta en mano, un trasteo iniciado rodillas en tierra y que tuvo todo él vibración. Tenía picante el toro de Buenavista, de nombre 'Flamenco' y 'Yiyo le dio réplica. Ni la lluvia ni las rachas de aire,ni la movilidad del burel, un punto áspero, pudieron con las ganas de triunfo del granadino. Puso alma 'Yiyo', puso intensidad, demostró valentía y, además, enjaretó algunas series con las dos manos de muy buena factura. Entró a matar a ley y, aunque la espada quedó baja, su efecto fulminante le puso en las manos esa segunda oreja que necesitaba para culminar la tarde de sus sueños por la Puerta Grande. Bravo 'Yiyo'.Bautista y GalloPor esa puerta también salió en volandas el francés Juan Bautista, que supo sobreponerse a las protestas del público que pedía la devolución de su flojo primer toro y terminó por acallarlas con un toreo de altos vuelos y exquisita templanza. Excelente su toreo con la derecha, siempre a media altura y sin violentar nunca al burel. Con el cuarto, que fue un toro encastado en manso, afloró de nuevo la inteligencia y calidad de este torero, felizmente recuperado tras unas temporadas de alejamiento de los ruedos. El toro, que no perdía ocasión de buscar las tablas, se tropezó con el mando firme del francés, que exprimió al máximo sus embestidas y puso la guinda a su faena con una gran estocada.Eduardo Gallo estuvo entregado y también muy firme y a veces inspirado con su primero, lidiado con las peores rachas de viento de la tarde. Bajó con el el quinto, que era toro más deslucido, por parado, pero con el que no consiguió acoplarse a pesar de que lo intentó machaconamente en una labor que fue más a menos y que no tuvo calado.

1 comentarios:

Nostromo dijo...

¿Qué es Ser un Torero de Leyenda? Pues ni más ni menos que estar en Boca de Tod@s..Y Eso ya lo has conseguido, Maestro, para que digan a más INRI que nadie es Profeta en su tierra,Tú lo has alcanzado, ya has hecho Historia&Leyenda y eso que esto no acaba más que empezar.
El Respetable Te Quiere, El Triunfo Más Difícil de todos, Por Algo será.