SEVILLA COFRADIERA..

viernes, 20 de marzo de 2009



LA PRESENTACIÓN DEL CARTEL, POR LUIS FRANCISCO MARÍN


" AGÜELO" PARTE I.




Señor hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, María Santísima del Dulce Nombre y san Juan Evangelista, querido predecesor en este atril, hermanos y amigos todos:

En primer lugar, tengo que agradecer a esta hermandad que tan gentilmente nos acoge hoy, por ceder este escenario para nuestra presentación. En segundo lugar, agradecer también las palabras pronunciadas por el presentador, más acorde con el cariño y la amistad mutuas que nos unen, que con la verdadera realidad y, en tercero y último, pedir la venia a los aquí presentes para iniciar esta labor, que nos ha congregado hoy a todos nosotros.

Quiero empezar mi intervención, de la única manera que sé, porque es la única manera que me han enseñado, que es, además, la misma en la que cada cuadrilla de costaleros en general, y la mía en particular, inicia, en ese frío local, cochera o almacén, el camino de ensayos que los habrá de llevar a la Semana Pasional; esa forma, no podía ser de otra manera, es encomendándonos a María, poniendo en sus manos nuestra empresa, para que alcance buen final, lo que con ilusión empezamos, ya que Ella contribuye siempre, de algún modo u otro, a hacer nuestros proyectos realidad, y está presente en cada uno de los momentos de nuestra vida, como lo ha estado en cada uno de los que yo he dedicado a éste que ahora nos ocupa; siendo así, antes de comenzar, me es obligado decir...

“Dios te salve, Escolapia,
proclamada Reina de la Gracia
porque llena estás de ella..

Expiración es contigo,
Bendita Tú entre las mujeres “Granaínas”,
y loado siempre el fruto de tu vientre
que príncipe nació, para morir mendigo.

Santa Madre de Dios,
granadina y sevillana,
ruega por tus hijos costaleros,
adalides del esfuerzo y el vigor
ahora, y en la hora
en que hayan de partir, para por siempre vivir
junto a Ti, Virgen que lloras
sobre el puente del Genil”.

Una vez reclamado su permiso mediante la oración, siempre sincera, y tras obtener, espero, su autorización, debo confesar que aquí me encuentro por designio de algunos amigos, enfrentándome a este reto, distinto y nuevo para mí, como es presentar un cartel de Semana Santa, cometido que me absorbió desde el primer instante, y al que he ido dando forma sobre los pies, poquito a poco, como andan los pasos de palio, para que esta noche os fuesen gratas mis palabras.




Un cartel, como digo, joven, porque sólo cuenta con dos primaveras, nunca mejor dicho, pero experimentado, ya que se puede decir, sin temor a equivocarse, que tras de él nos hablan años de trabajadera.

Un cartel, hecho por y para costaleros, como el que en la imagen del mismo, se afana por llevar fijado el zanco de su tierra, el de su barrio, el de sus amores, el de sus devociones, en una palabra,...el de su vida.

Un cartel, que a pesar de la impetuosidad de la juventud que atesora, es un pregón solemne, con la majestuosidad de un paso de misterio, que habrá de representar a este mundo servil y desinteresado que es el de la gente de abajo.

Un cartel, que gritará con la misma voz honda del capataz arengando a su gente, que aun teniendo sólo dos cuaresmas ya se ha asentado en la ciudad, siendo en la calle la plasmación física de ese portal en el que sus autores, y todos nosotros, volcamos a diario vivencias e ilusiones, para hacer más grande con nuestros comentarios y fotografías, no sólo esa página que es nuestra página, sino también, con ese particular modo de entenderla, a nuestra Semana Mayor, que de todos admite algo, para así ser de todos y para todos.

Y todos, por tanto, nos hemos de sentir el protagonista del cartel, cariátide de la mismísima Gloria, avanzando de “cortito” por el templo, o la casa de hermandad, buscando la rampa que lleve el paso hasta las entrañas del barrio, fecundo de fe y ansioso de emociones...

“Rasgan el aire unos sones dorados
cien cornetas solemnes, cien plumeros,
se abre la puerta y pasos costaleros
te ponen en el barrio...Despojado...

Nazarenos blancos, capillos enfundados,
silente caminar, paso altanero,
preceden al Señor, dormido en sus costeros,
asumiendo estoicamente lo anunciado.

mirada maternal la que te espera
soñando en su capilla mil mecidas
similares, en el modo y la manera,

a estas otras, exhaustas ya, y vencidas,
que haciendo gala de casta costalera,
te mecen, “Despojao”, de recogía...

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