SEVILLA COFRADIERA..

miércoles, 28 de febrero de 2007

PALIO DE MARÍA SANTÍSIMA
DEL DULCE NOMBRE


1. FALDONES: LA CREACIÓN

La creación prefigura a la Madre de Dios, ya que el Nuevo Testamento contempla en Ella a la Nueva Eva, en paralelismo con su Hijo Jesucristo, Nuevo Adán que redime la condición humana. Por tanto, la creación de Adán y Eva pude ser la primera prefiguración de la Madre de Dios. La creación está descrita en Gen 1, 1-2, 4a (primer relato) y Gen 2, 4b-25 (mejor porque los crea juntos y no hace que Eva salga de la costilla). Por eso, en el faldón frontal, además de aparecer las imágenes de Adán y Eva, se recoge en la zona inferior, la escena en que Dios, tras haberse cometido el pecado original, los reúne y pronuncia las palabras “Establezco enemistad entre ti (la serpiente) y la mujer, entre tu estirpe y la suya: ella te pisará la cabeza cuando tú la hieras en el talón” (Gen 3, 15). A este pasaje se le llama el Protoevangelio, porque en él se anticipa como primicia la nueva creación que nos traerá Cristo el Señor.
Ya desde el siglo II, debido sobre todo a los escritos de San Justino y San Ireneo, la Santísima Virgen es reconocida en la Iglesia como la nueva Eva o la nueva Mujer en Cristo, nuevo Adán (cf. 1 Cor 15, 45), asociada íntimamente a la obra de la Salvación, reparando con su fe y obediencia el daño causado al género humano por la incredulidad y la desobediencia de la antigua Eva: “El nudo de la desobediencia de Eva fue deshecho por la obediencia de María. Lo que había atado la virgen Eva por su incredulidad lo desató la virgen María por su fe” (San ireneo, Adeversus Haereses 3, 22, 4).
Además, en esta presentación frontal del paso de palio de Santa María del Dulce Nombre, se establece una relación en vertical entre los padres del género humano, y los padres de la Virgen. Éstos, San Joaquín y Santa Ana, aparecen ya en el frontal del respiradero, como progenitores de la nueva Eva, que es María. San Joaquín y Santa Ana no pertenecen a la Biblia, aunque figuran en algunos escritos apócrifos y son comúnmente aceptados por la tradición cristiana como los progenitores de la Madre de Dios. Ambos se suelen representar como ancianos venerables, con elementos relativos a la educación, como por ejemplo, un libro en la mano. Es buena la referencia de las imágenes de Salzillo para su representación. Lo más importante es que ambos hacen que María quede enraizada con toda la humanidad desde su origen. Ella es “uno de nosotros”. Por eso, al igual que en la clásica representación del árbol de Jesé, podría tener Ana el libro de la enseñanza y Joaquín, detrás, un árbol que simbolice esta imagen de pertenencia generacional.


Los faldones de ambos costeros, presentan tres escenas cada uno, también en la zona inferior; una por cada día de la Creación. (El séptimo día, Dios descansó)

2. RESPIRADEROS: LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL




Las doce tribus de Israel son: Judá, Rubén, Simeón, Gad, Zabulón, Isacar, Dan, Aser, Neptalí, Efraim, Manasés y Benjamín (Gen 36, 23-26)[1].

No tenemos conocimiento de ninguna representación iconográfica de este tema, pero se puede realizar una. Cada una de las tribus, aparecerán en los laterales de los respiraderos, justo bajo cada uno de los doce varales
Como hemos hecho referencia anteriormente, el frontal de los respiraderos recoge las imágenes de San Joaquín y Santa Ana. Centrando la composición, el “AVE MARIA”, reproducción del que se sitúa sobre la puerta principal de acceso a la Catedral de Granadal. El “Ave María” fue el saludo del Arcángel San Gabriel a la Virgen, en el momento de la Anunciación. Ese primer Ave María pronunciado en la historia de la Salvación, concluye con el “sí” de la Virgen a los planes de Redención manifestados por Dios, y por tanto, con el inicio de éstos. Parece que ese saludo, debía estar en el respiradero, como rúbrica que distingue a María como la persona elegida para concebir al Hijo de Dios; además de ser el saludo utilizado por San Simón de Rojas, trinitario que inició la devoción al Dulce Nombre de María, lo que le llevó a ser conocido como el padre del Ave María.

3. LA PEANA: EL PROTOEVANGELIO Y EL APOCALIPSIS.



La mujer que pisa la serpiente es una imagen que usa el Creador para describir las relaciones entre la serpiente (el tentador) y la mujer a partir de la experiencia del primer pecado.
Por eso, la imagen de Santa María del Dulce nombre, se situará sobre la serpiente, que aparece enroscada en la luna de la imagen apocalíptica (Ap 12, 1), con la manzana del pecado original en su boca.
De hecho, la intención es que la promesa de Salvación que Dios realiza tras cometerse el pecado original, cuya escena viene representada en el faldón frontal, se ve con la imagen de la Virgen, presidiendo todo el paso de palio, cumplida. Y nos interesa esa representación descrita en el Apocalipsis, en que la Mujer, aparece coronada de doce estrellas, con la luna a sus pies. Las doce estrellas se encontraran alrededor del anagrama de María en el centro del techo de palio, pues el tipo de corona que debiese llevar la imagen, como la que de hecho ya tiene, entendemos no debería llevar estrellas.
Tras la luna, en el plano que cierra la peana, aparece la representación de un árbol, que tiene un doble significado y paralelismo: el árbol del paraíso y el árbol de la cruz, donde se consuma la Salvación en la que María participa como Corredentora.

4. LOS DOCE VARALES




El diseño de los varales se ha entendido como un largo fuste con dibujos de lazo y ramos de azucenas, que concluyen con un último tramo acanalado con capitel tipo corintio. Las bases, se han inspirado en el Monumento a la Inmaculada del Triunfo, en Granada. En cada una de ellas, se recogen doce figuras femeninas, prefiguraciones de la Virgen en el Antiguo Testamento.
1. Varal: Sara, esposa de Abraham, madre de Isaac, que engendra prodigiosamente en su vejez un hijo, después de la visita del Señor en forma de tres peregrinos (cf. Gen 18, 1-15). Sara exclamará al nacer Isaac: “Dios me ha dado un motivo de alegría: todo el que lo escuche se alegrará conmigo” (Gen 21, 6).

Varal: María, hermana de Moisés y profetisa, que tras pasar las aguas del Mar Rojo y experimentar la liberación de Israel por la mano poderosa del Señor, canta: “Cantad al Señor, que se cubrió de gloria arrojando al mar carro y caballo” (Ex 15, 21).

Varal: Débora, juez de Israel en la época de los Jueces, profetisa según la Biblia, que tiene un cántico en el que exclama: “Sean los que te aman como el amanecer con todo su fulgor” (Jue 5, 31).


Varal: Yael, que es quien consigue la victoria para Débora al dejar entrar en su tienda al enemigo de Israel, Sísara, y después de emborracharlo, lo mata tomando una clavija de la tienda y clavándosela con un martillo en la sien hasta dejarlo fijo en la tierra. Ella dice: “Ven, que te voy a mostrar al hombre que buscas” (Jue 4, 22). Débora dirá de ella en su cántico: “¡Bendita entre las mujeres Yael, bendita sea entre las mujeres que habitan en tiendas” (Jue 5, 24).

Varal: Rut, la moabita, modelo de confianza en Dios y abuela del rey David, que dirá a su suegra Noemí: “Donde tú vayas iré yo, donde tú vivas, viviré yo. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios” (Rut 1, 16).

Varal: Ana, la madre del profeta y juez Samuel, que engendra a su hijo como respuesta de Dios a sus plegarias, ya que era estéril. Ella compuso el cántico en el que se inspiró san Lucas para elaborar el Magnificat. Ella dice: “Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios, mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación” (1 Sam 2, 1).

Varal: Judit, una viuda que contempla las dificultades de su pueblo, y valientemente acude a la tienda de Holofernes, general enemigo, y allí le corta la cabeza. Ella dice: ”Nosotros no conocemos otro Dios que él, y en esto estriba nuestra esperanza” (Judit 8, 20). “Voy a hacer algo que se transmitirá de generación en generación entre los hijos de nuestra estirpe” (Judit 8, 32). Cuando regresa al campamento hebreo, le dicen: “Tú eres el orgullo de nuestra raza: al hacer todo esto has procurado la felicidad de Israel y Dios se ha complacido en tus actos. Bendita seas del Señor omnipotente por los siglos” (Judit 15, 10). Ella responderá diciendo: “Tu eres grande, Señor, eres glorioso, admirable en tu poder, invencible” (Judit 16, 13).

Varal: Ester, deportada con su familia y convertida en reina por el rey Asuero, que intercede por su pueblo para evitar un exterminio de judíos, que había sido provocado por los enemigos de su padre y protector. Ester ora con estas palabras: “Acuérdate, Señor, y date a conocer en el día de nuestra desgracia, y dame a mí valor” (Est 4, 17), “Oh Dios, que dominas a todos, escucha el clamor de los desesperados, líbranos del poder de los malvados y líbrame a mí de mi temor” (Est 4, 17).

Varal: la reina de Sabá, que acude a ver al ungido del Señor, Salomón, rey de Israel, que le abre su corazón mostrándole la sabiduría que viene de lo alto, y reconoce su poder exclamando: “¡Bendito el Señor tu Dios, que se ha complacido en ti y te ha colocado en el trono de Israel para siempre, por el amor que Dios tiene a Israel!” (1 Re 10, 9).

Varal: la Sunamita sin nombre a la que el profeta Eliseo, en pago por sus atenciones (pues ella le contruye una casa para que pueda retirarse en paz en ella), le profetiza un hijo a pesar de su esterilidad y vejez, y al que curó posteriormente. Ella dice al profeta: “¿Acaso pedí un hijo a mi señor?” (2 Re 4, 28).

Varal: Susana, mujer bella y temerosa de Dios, que aparece en libro de Daniel, llamada tradicionalmente ‘la casta Susana’, acusada fraudulentamente de adulterio por dos viejos que deseaban gozar de sus beneficios y no lo consiguieron. Ella, cuando se ve entre la espada y la pared (o se acuesta con ellos o será acusada por ambos de estar esperando a un joven, y no podrá defenderse), exclama: “¡Mejor es para mí caer en vuestras manos sin haber hecho nada que pecar delante del Señor” (Dan 13, 23). En medio del juicio gritará: “Oh Dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo conoces antes de que suceda, tú sabes que éstos han levantado contra mí falso testimonio, y que ahora voy a morir, sin haber cometido nada de lo que su maldad ha tramado contra mí” (Dan 13, 42-43). Será librada por la intervención del profeta Daniel.

Varal: la madre de los siete hermanos Macabeos, mujer fuerte de la tradición israelita, que disuade a sus hijos de que elijan vivir como esclavos de los dominadores, y les invita a entregarse a la muerte para dar testimonio del Dios verdadero, alentándoles con la futura resurrección. Su paralelismo con el Misterio Pascual es tremendo. Ella pide a sus hijos así: “Yo no sé cómo apareciste en mis entrañas, ni fui yo quien te regaló el espíritu y la vida... El Creador del mundo, el que modeló a cada hombre en su nacimiento y proyectó el origen de todas las cosas, os devolverá el espíritu y la vida con misericordia” (2 Mac 7, 23).

5. LAS JARRAS.




Las sibilas son unas profetisas de la mitología griega y romana, que “trabajaban” para el dios Apolo. La mitología describe hasta diez, y se dice que algunas anunciaban a una especie de salvador del mundo. Pero ninguna aparece en la Biblia, ni hay referencia a ellas. No obstante, elegimos seis para cada una de las jarras de ambos costeros, en un nivel, en que todavía estamos contando la historia de la Salvación, según el Antiguo Testamento. (La intención iconográfica del paso de Palio, es contar esta historia de abajo arriba; por eso, los faldones recogen la creación, los respiraderos las doce tribus de Israel, como pueblo escogido por Dios para que de Él naciese Cristo, y las bases de varales, las prefiguraciones de la Virgen, y a igual altura, las sibilas, como versión femenina de los profetas, aunque con un carácter mucho más apócrifo).


6. BAMBALINAS: EL NUEVO TESTAMENTO.
El Nuevo testamento, se cuenta en las bambalinas del palio. En el, encontramos catorce escenas, de la vida de Jesús en las que aparece María; la escena queda hacia el exterior, configurando en parte la crestería de orfebrería del palio; hacia el interior, quedarán las frases bordadas que aquí describimos.
Desposorios con José: “José, esposo de María, de los cuales nació Jesús, llamado Cristo” (Mt 1, 16)
Anunciación: “He aquí la esclava del Señor” (Lc 1, 38)
Visitación: “El poderoso ha hecho obras grandes por mí” (Lc 1, 49)
Nacimiento: “Dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre” (Lc 2, 7)
Adoración de los pastores: “María guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón” (Lc 2, 19)
Adoración de los magos: “Hemos venido a adorarlo”(Mt 2, 2)
Huída a Egipto: “Levántate, toma al Niño y a su Madre y huye a Egipto” (Mt 2, 13)
Presentación en el Templo: “Una espada te traspasará el alma” (Lc 2, 35)
Vida oculta en Nazaret: “El niño crecía en fortaleza y sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él” (Lc 2, 40)
Jesús perdido y hallado en el Templo: “Tu padre y yo te estábamos buscando, angustiados” (Lc 2, 49)
Bodas de Caná: “Haced lo que él os diga” (Jn 2, 5)
Búsqueda de Jesús de ella y sus hermanos: “El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi madre” (Mc 3, 35)
Al pie de la cruz: “He ahí a tu Madre” (Jn 19, 27)
En el cenáculo, en Pentecostés: “Estaba allí María, la Madre de Jesús” (Hch 1, 14)
El frontal está presidido por la cruz de la orden Trinitaria, flameante, pues gracias a estos religiosos, se propagó la devoción al Dulce Nombre de María. La advocación de Nuestra Titular tiene un origen claramente trinitario, por lo que parece lógico dar protagonismo a esta circunstancia en el frontal de la bambalina. Sobre la Cruz, además, se dibuja un relicario situado en la crestería del palio, a modo de coronación de la misma, en la que se podría situar la reliquia de San Simón de Rojas, cedida a la Hermandad hace algunos años.
La bambalina trasera, podría ir presidida por el escudo corporativo de la Hermandad.

7. EL TECHO DE PALIO

El techo de palio, centrado con el anagrama de María, rodeado por las doce estrellas, está dedicado al Nombre de María.
El Santo y Dulce Nombre de María es glorificado por la persona de la Madre de Cristo y su misión en la historia de la salvación: su nombre está con frecuencia en los labios de los fieles, éstos la contemplan confiados –como estrella luminosa-, la invocan como Madre en los peligros y en las necesidades acuden seguros a ella (del Prefacio de su misa). El Dulce Nombre de la Santísima Virgen es celebrado como: glorioso, porque Dios la ha glorificado; santo, ya que es la mujer “llena de gracia”, maternal, porque Jesús al morir en la cruz quiso entregárnosla como Madre, y providente, puesto que todos los fieles se confían a ella con filial devoción.
Seis santos que han destacado en la historia de la Iglesia por su devoción a la Santísima Virgen María aparecerán en el techo de palio, así:
San Simón de Rojas, fraile trinitario propagador de la devoción al Dulce Nombre (hábito blanco, escapulario blanco con una cruz en medio, roja y azul).
San Bernardo de Claraval, monje cisterciense de la edad media (pelo rasurado al modo monástico, túnica blanca y escapulario blanco, -o cogulla blanca-, báculo abacial y libro en las manos).
San Alfonso María de Ligorio, autor de “Las Glorias de María”, uno de los libros más editados de todos los tiempos Doctor de la Iglesia (con los atributos de obispo, con barba blanca, báculo y mitra, libro en las manos).
San Luis María Grignón de Monfort, representado como un sacerdote vestido al modo francés de la época de la revolución (sotana negra y babero blanco).
San Ildefonso de Toledo, gran defensor de la virginidad de la Madre de Dios (Obispo anciano vestido al modo visigótico).
San Lucas Evangelista, a quien se representa tradicionalmente pintando a la Madre de Dios, y se venera como primer pintor de la Virgen.

En San Salvador, a 30 de junio de 2006.
Laureano Otero, CSsR
Luis Ignacio Fernández-Aragón




[1] Si tomamos el texto veremos que no aparecen Efraim y Manasés, y sin embargo aparecen Leví y José. La razón es porque Leví es una tribu de personas dedicadas al culto (los levitas) y por tanto no tienen tierra: su tierra es el Señor. Como José fue el hermano más importante (el que les libró del hambre llevándoselos a Egipto, donde él era ministro del Faraón), para completar el número simbólico 12 en las tribus se dividió el territorio bajo la denominación de los dos hijos de José, Efraim y Manasés.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

PARA CUANDO SE PREVEHE QUE SALGA A LA CALLE LA SEÑORA DEL DULCENOMBRE, SOBRE QUE AÑO SALDAR, Y EN QUE FASE EL PALIO, IRA ACOMPAÑADA POR SAN JUAN? DE QUE COLOR SERA SU MANTO

UN SALUDO